Identificar mal el talento y no comprender bien las maneras de potenciar el rendimiento puede provocar problemas tanto a corto como largo plazo.
Una de las falacias más comunes es el uso incorrecto del término talento antes de tiempo. Este etiquetado ocurre normalmente mucho antes de que sea posible evaluar si esas habilidades y capacidades existen realmente. Etiquetar precozmente puede crear una falsa sensación de capacidad (o de falta de ella), provocando un amplio abanico de resultados negativos.
El énfasis precoz en los resultados en vez de enfocarse en la adquisición de habilidades y destrezas, ética del trabajo y resiliencia a menudo da como resultado deportistas fañtos de preparación para los niveles de elite.
Las investigaciones han constatado que los fenomenos deportivos precoces que hacen una exitosa transicion a competidores de elite adultos son la excepcion y mas que la regla (Malina, 2010).
Otra etiqueta erronea frecuente se debe a los neesarios, pero artificiales, limites de edad empleados para diferenciar a los competidores jovenes por categorias. Los patrones de crecimiento normales de la pubertad durante los años de la dolescencia ponen a restod deportistas por delante de sus iguales que nacieron en momentos posteriores del año, creando una ventaja que a menudo parece una demostración precoz de talento.
La realidad es que la mayoría de los talentos, como los metales preciosos, se hallan mediante un proceso lento y relativamente tedioso. Encontrar, poner a punto y pulir el talento lleva tiempo.
El último gran error habitual del que debemos ocuparnos es la idea de que el talent lo es todo. Aunque el talento innato pueda ser útil al competir, el motor por si solo no gana carreras. Vivir solo de dotes garantiza ponerle un tope al potencial de triunfo. Uno de los denominadores comunes entre los olímpicos de mayor éxito es que no hay dos atletas destacados dotados con el mismo conjunto perfecto de destrezas y capacidades necesarias para ser de nivel internacional (Durand - Bush y Samela, 2002; Gould, Dieffenbach y Moffet,2002). Todo deportista ha tenido que trabajar duro para reunir todo el paquete.
Desarrollo deportivo a largo plazo en el ciclismo
Al tratar de maximizar el potencial de rendimiento, tenemos que conocer la diferencia entre competición y competencia, y entender las fases del desarrollo deportivo a largo plazo en la medida que se relacionan con el ciclismo de competición. La Asociación Ciclista Canadiense, organismo federativo de este deporte en Canadá, elaborò un marco de desarrollo del atleta a largo plazo que puede servir de guía, se visualiza a continuación.
Etapa | Objetivo | Edad | Años de entrenaiento |
Inicio activo | Aprender a montar en bicicleta |
0 - 6 (H y M) |
0 |
Divertirse con el deporte | Descubrimiento de la bicicleta |
6 -9 (H) 8 - 11 (M) |
1 - 5 |
Aprender a entrenarse |
Aprendizaje de las habilidades ciclistas |
9-12 (H) 11 - 15 (M) |
3 - 6 |
Entrenarse a entrenar | Desarrollo del motor |
12 - 16 (H) 11 - 15 (M) |
3 - 6 |
Aprender a competir | Iniciación a la competición |
16 - 18 (H) 15 - 17 (M) +/- |
4 - 8 |
Entrenarse a competir | Encabezar el pelotón |
18 - 21 (H) 17 - 21 (M) +/- |
6 + |
Aprender a ganar | Ser el primero en cruzar la meta |
19 - 23 ( H y M) + / - |
8 + |
Entrenarse a ganar | Permanecer en cabeza |
23 - 25 (H y M) +/- |
10 + |
Vida activa | ¡No bajarse de la bicicleta! |
Empezar a cualquier edad |